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martes, 12 de abril de 2011

LA INTENSIDAD

Me han sido dados innumerables dones,
el letárgico piélago quebrado por su transparencia,
la luz azul de inconsumible vuelo
y me he vestido de sombra entre el armiño y oropeles
pero también he cruzado el hierro en ascuas ante los ojos adheridos,
también he clavado mi pezuña en la garganta de la virgen,
yo sé de mundos acabados y de huestes sin dueño perseguidas,
los he admitido en una mano y les he dado su comida:
el anfibio reptil mordaz del sueño,
el beso helado de la traición y sus espejos
y el baño de fuego y acero en que perder su alma.
Yo les he permitido el tiempo,
yo les hice vibrar con el diapasón de la mística.
Pero ahora soy su criatura,
soy el frío envoltorio de metal del que se enorgullecen,
la flor nostálgica que ha sobrevivido entre las fieras domeñadas y las piedras agraces.
Yo soy su ocupación
y han besado mi rostro que refleja una rara virtud
y han sentido mi cuerpo como el de un niño, un dios, un hombre
y han besado mis labios sin tacto ni sabor
porque han llorado con mis lágrimas
y han caminado con mis pasos
y han ardido mil veces con mi llama.

1 comentario:

  1. me encanta, que intensidad! lo he podido sentir, es una mezcla de decepcion y tentacion increible, un abrazo

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